Photoshop, distorsión y realidad

30 abril, 2014

La fotografía ha evolucionado muchísimo, especialmente desde que dio el salto a lo digital y las imágenes se pueden tratar desde el ordenador ¿Quién no ha escuchado alguna vez «no te preocupes, el photoshop hace milagros»? Seguramente muchas personas han bromeado con el fotógrafo después de sacar una toma «pero tú luego hazme el photoshop ese para salir bien».
Hoy vamos a romper un mito posmoderno: Photoshop no hace milagros. Más quisieran los dueños de Adobe, propietarios del software de edición de imágenes y alguno que otro más. Photoshop es como un mago ilusionista: tiene trucos espectaculares que al no versado en la materia le parecen magia. Sin embargo, aquí no reside el problema sino que se encuentra en el uso perverso para el que se usan esas ilusiones construidas, acabando la gran mayoría en distorsiones colectivas de la percepción de la realidad.
Retocar una foto no tiene por qué ser malo o perverso en sí mismo. Presentar un artificio como la realidad sí lo es. Que se lo cuenten a Lancome o a Maybelline, por poner un ejemplo, que vieron como en Reino Unido retiraban anuncios de sus campañas de productos de belleza, acusándolos de exceso de Photoshop y publicidad engañosa. Es cierto que la publicidad siempre ha tenido como principal objetivo hacer una presentación excelente de los productos, después de todo, su objetivo es impulsar ventas. Este motivo hace que las empresas se gasten presupuestos indecentes en publicidad, aunque la crisis los haya mermado considerablemente.

El antes y el después del primer ministro británico David Cameron

 

Seamos honestos. No sólo las empresas sienten la necesidad de recurrir al Photoshop. También lo hacen personajes de interés público: actrices, modelos, cantantes… incluso los políticos. La gran mayoría de los candidatos a las elecciones pasan por el retoque antes de sacar a la luz la imagen de campaña. Hace poco menos de un mes hubo dos polémicas en la red sobre este tema. Por un lado, la filtración de unas fotos para Versace que mostraban a Lady Gaga con la cara lavadita; y por otro, la otra filtración de varios fotogramas del rodaje de la última película de Scarlett Johansson donde se veía un desnudo integral de la actriz sin ningún tipo de retoque digital. En ambos casos se evidenciaba como podía cambiar la imagen de las dos mujeres sin Photoshop. ¡Hasta el bebé de los príncipes de Gales ha pasado por el filtro! Paralelamente, la cantante adolescente Lorde, de origen australiano, se ha mostrado muy combatiente contra el uso del retoque digital en sus imágenes, denunciando a la edición canadiense de Elle por una portada retocada protagonizada por ella y exhibiendo en su cuenta de Twitter fotos de sus conciertos retocadas comparándolas con otras no retocadas. Parece ser que podemos tener esperanza en las generaciones que vienen por detrás.
Photoshop no hace milagros, decíamos. Photoshop distorsiona la realidad, convirtiendo un canon imposible de belleza en un objetivo plausible; aumentando la presión social en la población para conseguir una meta tramposa, para escoger un camino que lleve a la insatisfacción constante. Y si esto no es perverso, el infierno es de hielo.

Proceso inverso: envejecer a través de Photoshop

 

En 2011 un matrimonio estadounidense, Seth y Eva Matlins estaban un poco hartos del universo de estereotipos distorsionados que les llegaban a través de los medios de comunicación. No querían por nada del mundo que sus hijos creciesen bajo la tiranía de éstos. Pensaron que hacer felices a las personas debía ser su misión en la vida. Y así nació la iniciativa que impulso la “Selfsteem Act” (Ley de autoestima) que pretende regular en los Estados Unidos el uso del Photoshop en prensa y en publicidad para evitar difundir un “ideal de belleza que nada tiene que ver con la realidad”. Y no se conformaron con esto. Fundaron la revista “Off our chests”, desde donde propagan su mensaje al mundo. Pero no son los únicos. Tras una escandalosa campaña publicitaria de bikinis de la empresa Target, se ha impulsado el proyecto de ley Truth in Advertising Act gracias a tres integrantes de la Cámara de Representantes que han contado con el apoyo de las organizaciones Brave Girls Alliance y Eating Disorders Coallition.
No sabemos en qué acabará esta batalla. El principal argumento de la parte contraria es que el uso del retoque digital está totalmente extendido y que no se le puede poner puertas al campo. A pesar de todo, es una buena iniciativa y una muy buena noticia su existencia. Ojalá se extendieran de manera global.

Porque la belleza real no está reñida con vender cremas o bikinis.

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