Carta abierta para Andrea Tomé

28 febrero, 2014

Andrea Tomé, 19 años, es la ganadora de la segunda edición del premio «La Caixa/ Plataforma de novela juvenil». Su novela, Corazón de mariposa, trata sobre la anorexia. La autora se declara afectada por el mismo trastorno y en sus declaraciones a la prensa afirma que la anorexia no se cura. No he podido evitar sentarme frente al ordenador para escribirle una carta.
Querida Andrea:
En primer lugar quería darte la enhorabuena por el premio literario que ha fallado en tu favor La Caixa/Plataforma de novela juvenil. Es verdaderamente estimulante obtener un honor así y un motivo de orgullo muy grande.
No he tenido ocasión de leer tu novela «Corazón de mariposa». Me he enterado de su existencia apenas hace un momento. No dudo de su prosa, ni de su calidad literaria, no me malinterpretes. No voy a juzgar algo que de momento desconozco. Pero, lamentablemente, debo disentir contigo en el concepto sobre la anorexia que transmites al resto del mundo.
La anorexia SÍ se cura. Como se curan todos los trastornos de conducta alimentaria. A pesar de todas las dificultades, de situaciones muy límites, de caída, recaídas y vueltas a recaer . Porque, como bien dices, los desórdenes alimentarios, en realidad, tienen poco que ver con la comida. Son trastornos mentales provocados por una baja autoestima, inseguridad, problemas para relacionarte con los demás y dificultad para afrontar los retos que te pone la vida. Es una enfermedad que te anula como persona y que te priva de tu capacidad para decidir. En definitiva, te priva de tu libertad.
No es fácil curarse de un trastorno alimentario. Requiere mucho esfuerzo no sólo por parte del que la padece, sino también de las personas que están a su alrededor: familia, amigos, compañeros de clase, pareja para llegar a la meta. Nadie sale en solitario, como tampoco se consigue en el corto plazo; se necesita un tiempo largo desgraciadamente. Pero sí se puede. Claro que se puede.
Podría presentarte a más de una veintena de personas que sí lo han conseguido. Hombres y mujeres de todas las edades y condiciones que han vencido en la lucha contra esta terrible enfermedad; cada una de ellas en situaciones meridianamente opuestas.
Estos trastornos se han convertido en una de las epidemias de nuestro tiempo por el alto porcentaje de personas que la padecen. La falta de información precisa junto con la construcción de tópicos y estereotipos con los que poder simplificar su mecanismo hacen caer en ideas erróneas como que «sus pacientes son chicas que anhelan un cuerpo de modelo», «es una elección propia», «es algo con lo que hay que aprender a convivir» o «no es una enfermedad, es un estilo de vida».
Sin embargo, no nos dejemos engañar. La anorexia (ni ningún desorden alimentario) NUNCA será un estilo de vida. El porqué es muy sencillo: un estilo de vida se ejerce en libertad, se elige. Por voluntad propia. Las personas que padecen un trastorno de la conducta alimentaria no eligen la enfermedad. Nadie elige estar enfermo. Nadie decide libremente destrozar su vida y la de las personas que están a su alrededor. Va en contra de nuestra condición humana. Y por mucho que la sociedad ayude a normalizar síntomas como la excesiva preocupación por nuestra dieta y por nuestra condición física, por ejemplo; seguirá siendo una enfermedad desde el instante en que te limite y no te deje ser libre.
Te animaría, querida Andrea, a ampliar tu mirada sobre tu trastorno. No te resignes a la convivencia con la enfermedad porque eso no sucederá sin tu sometimiento a ella. Puedes ser feliz. Puedes ser libre. De verdad, no te rindas.

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